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Este dispositivo nos llega desde la tierra del sol naciente. El invento aúna un medidor de alcohol en sangre – también conocidos como Alcoho-Lock – y un candado que evitan que el ciclista pueda conducir en estado de ebriedad.
Aunque el invento es para ciclistas japoneses y no para motoristas, no sería difícil adaptarlo para su utilización en motocicletas de cualquier parte del mundo. El bloqueo actúa sobre una de las ruedas de la bicicleta, al igual que lo hace cualquier antirrobo ordinario. Pero en este caso, hay que soplar en él para que libere el giro de la rueda.
Curiosamente, el invento no solo bloquea la bicicleta para que no conduzcas, también envía un mensaje a los contactos que haya prefijado el usuario (cónyuge, padres, amigos, etc) para que vayan a recogerle. El usuario recibe un mensaje del aparato indicando su nivel de alcohol en sangre y si desea desbloquear el vehículo de todas formas, podrá hacerlo.