Según los dos inspectores la mejor forma de pasar la ITV es llevar el vehículo previamente a tú mecánico de siempre y pedirle que te la pase él. Eso te garantizará en la práctica pasar la ITV. De todos modos los mejores días para pasar la ITV son los días de lluvia, porque los bajos del vehículo están mojados y es más difícil que el inspector aprecie desde el foso las fugas de agua, liquido de dirección, de frenos, etc.
Si los cinturones traseros del automóvil no funcionan, muchos clientes van con un perro grande en el asiento trasero, o con una señora mayor, los inspectores no se atreven a meter la mano allí o a bajar a la señora del coche.
Si tienes un diesel, no acudas a la ITV inmediatamente después de arrancarlo, mejor conduce un rato para que el motor llege a su temperatura óptima de funcionamiento. El exceso de emisiones contaminantes es uno de los problemas más comunes de rechazo en la ITV, pero también uno de los más fáciles de evitar.
Las ITV más permisivas suelen ser las que se encuentran alejadas de las grandes ciudades y muchas veces aparecen en foros. Aunque al final, todo depende del inspector que te revise el vehículo. Las ITV con mayor volumen de trabajo suelen pasar inspecciones más relajadas mientras que las de nueva apertura son las que realizan inspecciones más exhaustivas.
En las estaciones no hay ningún cupo preestablecido de vehículos rechazados, pero en la práctica la media nacional de rechazos ronda el 20%, por lo que si cualquier estación baja de esa media resulta inmediatamente “sospechosa” para el Ministerio de Industria.
Las ITV también sufren inspecciones sorpresa mediante los denominados “coches topo”, enviados por la Delegación de Industria de cada comunidad para comprobar las buenas prácticas. Casi siempre son vehículos con defectos graves que implican una ITV desfavorable. Suelen acudir a las estaciones de forma aleatoria, pero en ocasiones se reincide sobre aquellas en las que pesa algún tipo de sospecha.
A los inspectores de la ITV no se les puede sobornar, pero los vehículos oficiales (Policía, Ayuntamiento, etc), se les `levanta la mano´ para evitar problemas, al fin de cuentas, se trata de hacerles un favor ya que suelen ser vehículos con mucho uso.