No cabe duda que el diseño es un acierto, con líneas agresivas y futuristas que compaginan a la perfección con la horquilla invertida, llantas de gran diámetro - para ser un scooter - y los neumáticos de tacos para la conducción por caminos de tierra.
La mayor altura al suelo respecto a un scooter de carretera, el escape con salida superior y los protege puños, también son elementos que invitan a realizar excursiones off-road.
El motor parece tomado de la Vision 110, un monocilíndrico refrigerado por aire forzado de muy bajo consumo de combustible. La horquilla y los frenos los han tomado prestados de la MSX125.
Queda por ver si está dentro de las intenciones de Honda el llevarla finalmente a la comercialización, pero de hacerlo, podría ser un nuevo modelo dedicado a los mercados emergentes con carreteras más torturadas que en los países occidentales.
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