El repartidor circulaba por la calle Manuel Serrano Sanz, del centro de la ciudad, cuando se percató de que su ciclomotor estaba ardiendo, momento en el que decidió dejarlo aparcado en un lugar habilitado para motocicletas, con tan mala fortuna que las llamas acabaron extendiéndose a otras dos motocicletas que se encontraban en las proximidades.
El Cuerpo de Bombero de Zaragoza se persono en el lugar y consiguió sofocar el incendio con unos simples extintores y sin mayores consecuencias.
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