De este modo vuelven a poner a las motos en el centro de atención, tras el intento – fallido - de Ana Botella por incluir a las motos dentro de las medidas anticontaminación de la ciudad. Según esgrime Sabanés "no parece lógico aplicar las restricciones de circulación a todos los turismos y no a las motocicletas, que emiten lo mismo o más que los coches de gasolina".
Su afirmación se basa en un estudio realizado por el propio Ayuntamiento de Madrid, pero del que no se indica la fuente, en la que se compara la contaminación de motos del 2008 o anteriores con las de los automóviles actuales. Lo que ya de por si denota un claro agravio comparativo, pues no compara vehículos de los mismos años. Hay que tener en cuenta que el 80% de los recorridos en motocicleta por las calles de Madrid corresponden a vehículos con menos de 8 años (factor de emisión de 0,07 gr/km).
Según los datos que ofrece el Ayuntamiento, la emisión de óxidos de nitrógeno de las motos que más recorridos realizan por la alameda central (las de 250 cc) es superior a la de los turismos de gasolina (0,21 gramos por kilómetro frente a 0,1). Las motocicletas de más cilindrada tienen un factor similar a los turismos de gasolina (0,12 gr/km); el de los ciclomotores es algo superior (0,16 gr/km). En comparación el factor de emisión de un turismo diesel oscila entre los 0,30 (norma Euro 6) y el 0,87 (Euro 5).
Lo cierto es que Madrid sufre serios problemas de contaminación debido al clima excepcionalmente estable y a la congestión del tráfico. En julio de 2014 Ana Botella elaboró un Protocolo de Calidad del Aire para el caso de superación de los límites máximos legales de dióxido de nitrógeno fijados por la Unión Europea en 2010, que además de implicar multas millonarias, suponen un grave riesgo para la salud. Dicho Protocolo ha sido actualizado recientemente por el nuevo consistorio de la capital con medidas más restrictivas, en las que además se equipara a las motos con los coches.
Aunque los principales emisores de dióxido de nitrógeno son los vehículos diesel (privados, taxis y autobuses), en las medidas anticontaminación se incluyen a las motos en igualdad de condiciones. Y ello a pesar de que han demostrado ser un alivio contra los atascos contribuyendo a la reducción del tiempo medio por trayecto en una media de 19 minutos. Además, el impacto ambiental global de las motos es inferior al de otros medios de transporte como el autobús urbano, según el informe de la OCU.
Por no hablar del reciente informe del Parlamento Europeo en el que se pide la promoción del uso de la moto en las ciudades, precisamente por su eficiencia a la hora de los desplazamientos, por el menor consumo de carburante y por la menor necesidad de espacio de aparcamiento.
Para hacer una comparación honesta entre la contaminación de unos medios de transporte y otros no se pude recurrir a la tradicional medición en base al consumo de carburante (litros/100 km), sino del tiempo transcurrido por trayecto. Una moto tarda de media 19 minutos menos, lo que significa mucho menos tiempo con el motor encendido y contaminado.
Repitiendo el error de Botella
La anterior alcaldesa, Doña Ana Botella, ya desandó el camino andado tras equiparar motos y coches en temas de contaminación. Siempre analizando la alameda central - aunque en este caso se trata de un informe municipal del 2014 -, se constató que las motos suman el 8,8% de los desplazamientos y son responsables del 0,2% de las emisiones de dióxido de nitrógneo, frente al 72,5% de recorridos de los turismo con el 69,7% de las emisiones. El informe destaca que los recorridos en moto se han incrementado del 6% en 2009 a 8,8% en 2013, peso a lo cual, la contribución de las motos a la contaminación se ha mantenido invariable en el 0,2%.