Más que esperar la llegada anticipada de Papá Noel y de sus regalos, Madre Teresa, nos confiaba que las niñas y niños esperaban ansiosos nuestra llegada para subirse a nuestras motos y experimentar la sensación de acelerar un poco de nuevo, aunque fuese en parado. ¡Qué tendrán las motos que les gustan tanto a los niños!
Tras descargar un buen montón de regalos y entregárselos a los peques, nuestra compañera Aroa, voluntaria, bailarina y artistaza como pocas, se subió al escenario y enseñó a residentes y visitantes una coreografía animadísima que dejó a más de uno exhausto…
Acto seguido, tuvo lugar el momento tan esperado en los jardines de la Residencia, donde todos los niños y niñas sin excepción, pudieron subirse a las motos y acelerar un buen rato. Sus sonrisas eran impagables. Y las nuestras más.
Es curioso, crees que vas a un lugar a dar algo a los demás y eres tú quién sale lleno de allí...
Gracias a todos por vuestra colaboración, no os imagináis la ilusión y felicidad que estos pequeños gestos aportan a los niños.
El año que viene, más y mejor.
¡Feliz Navidad a todos!
Asociación Mutua Motera