En un test con 10 conductores que recorrieron 625 kilómetros por carretera y ciudad durante dos meses, se identificaron “700 eventos”: 300 cambios de carril, 130 giros y 300 casos de conducción en línea recta. Pues bien, el sistema de inteligencia artificial ha sido capaz de predecir los eventos con un 90% de acierto.
Lo verdaderamente interesante es que el sistema es capaz de predecir dichos movimientos con 3,5 segundos de adelanto, lo que da margen de tiempo para informar a otros conductores mediante sistemas de comunicación entre vehículos. Esto supondría un avance revolucionario en seguridad vial, y un paso previo a la conducción autónoma.
Como hemos explicado en anteriores entradas, el verdadero problema de la conducción autónoma es la convivencia en la calzada de vehículos robotizados que se conducen solos respetando todas las normas de tráfico y otros conducidos por humanos, con menos reflejos y menos respeto a las normas establecidas. Con el sistema artificial de detección de comportamientos al volante, se salvaría este primer escollo pues los coches autónomos tendrían en todo momento la información del comportamiento de los vehículos con conductor humano que le rodean y podría prevenir accidentes.
Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer – solo acierta en el 90% de las ocasiones -, los coches que incorporasen este sistema de asistencia a la conducción ya podrían ser mucho más seguros, al permitir igualar la velocidad con la de otro coche, gestionar el cambio de carril de forma segura e incluso frenar para evitar a otros vehículos.
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