Más peligroso es el 39% que no mira los espejos retrovisores, el 30% que no señalizan sus maniobras con la suficiente antelación, el 32% que adelantan por la derecha o el 28% que conduce bajo los efectos de medicamentos.
Aunque con menor incidencia, la extrema peligrosidad de estas conductas alarma sobremanera: el 4% admite no utilizar el cinturón de seguridad, el 22% envía mensajes con el móvil, el 12% habla por teléfono o, con igual porcentaje, conduce bebido.
Del estudio de la OCU se desprende que más del 20% no cree verdaderamente necesario el cinturón de seguridad o el casco, y gran parte reconoce que solo lo utiliza para evitar la multa. Quizá por eso la gran mayoría cree que la mejor manera de evitar los malos hábitos en la conducción es mediante la dureza de las sanciones.
Entre las conductas que los encuestados identifican como de mayor riesgo se cita el utilizar el móvil (83%), seguido del alcohol (38%), la conducción agresiva (29%) y el exceso de velocidad (26%).
En relación a reducir los límites de velocidad, el 43% se pronuncia en contra, el 37% lo cree necesario y el 20% no se manifiesta al respecto. A este respecto, al ser preguntados por la necesidad de instalar más radares, el 41% lo ve positivo y el 40% lo rechaza de plano, pero un 55% ve con buenos ojos el aumento de la vigilancia policial en las carreteras, y el 52% echa en falta más campañas informativas.
Fuente: OCU