Al sortear en parte el factor humano, los modernos sistemas de ayuda a la conducción (ADAS, por sus siglas en inglés) están reuniendo notablemente el número y la gravedad de los siniestros.
Sistemas como la frenada de emergencia en ciudad, los asistentes de carril o detección de ángulos muertos, están contribuyendo a reducir la frecuencia de los siniestros y facilitando el que estos tengan una menor severidad.
Sin embargo, cuando sucede el accidente la reparación posterior del vehículo dotado de sistema ADAS debe contar con el adecuado recalibrado. De no hacerse correctamente el vehículo podría poner en peligro a los demás usuarios de la vía.
Por ello se insta a que el calibrado de los sistemas ADAS sea una operación “obligatoria e imprescindible” tras cualquier labor de reparación y mantenimiento del vehículo. Además dicha calibración debería estar abierta a la competencia y no en manos de los fabricantes, para permitir la reducción de tarifas.
En ese mismo sentido se ha manifestado Luis Rivas, secretario general de la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), que ha reclamado que la normativa española y europea se actualice con rapidez para incluir a las nuevas tecnologías. Además, ha recordado que el 20% de los vehículos circulan en España sin la ITV en vigor.