Según confirmó María Seguí mediante el estudio del Observatorio Español de Conductores (DUCIT), el 34% de los jóvenes reconocen que conducen con inseguridad aunque aprueben y el 50% declara que las autoescuelas preparan solo para el examen pero no para conducir, y que uno de cada tres no está preparado para enfrentarse al tráfico diario.

Los encuestados por DUCIT, de entre 18 y 29 años de edad, también afirman que los procesos de enseñanza de las autoescuelas tienen “claros márgenes de mejora”. Por ejemplo, la mayor parte de los encuestados indican que la noche es el momento de menor peligrosidad, cuando las estadísticas señalan que el mayor número de fallecidos se produce en esta franja horaria y entre los conductores más jóvenes. El 12,7% de la población pertenece a esta franja de edad y solo en 2014, 427.000 permisos de conducir correspondían a los más jóvenes.

La presidenta de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso y diputada de Ciudadanos, Irene Rivera, ha señalado que España “debe ir a más” en el sector de la seguridad vial pues aunque medidas como “el carné por punto, bajar la velocidad o poner multas severas, han funcionado,  desde 2013 el descenso de víctimas se ha frenado”. Por lo que a su juicio, los jóvenes y su educación son la base para seguir reduciendo el número de víctimas.

Algo que ha corroborado el fiscal de Sala coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, que ha destacado que “la sanción también educa” y apuesta por reeducar al condenado a través de la formación, y por una “educación permanente de los conductores”.

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