La concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Mercedes Vidal, lleva una política de seguidismo del `Plan de Movilidad Urbana´ (PMU) que se aprobó durante el gobierno de Trias. Dicho plan contempla un incremento del uso de la moto que ya supone el 20% de los vehículos en la calzada, con un incremento de matriculaciones que ha llegado al 9% en algunos años.
Sin embargo, desde el equipo de gobierno actual solo se habla de la bicicleta, del tranvía y de una posible prohibición de vehículos contaminantes – en principio la moto quedará exenta -, así como de la progresiva peatonalización de las calles.
De momento el reto es dar servicio a los usuarios de la motocicleta que no disponen de las suficientes plazas de aparcamiento, solo cubren el 20% del parque (97% de las plazas en la calzada y 3% en los aparcamiento subterráneos).
En los diez últimos años se ha pasado de 17.759 plazas en 2004 a las 59.723 plazas actuales. Aunque de seguir el PMU, el objetivo es alcanzar las 80.000 plazas. Mercedes Vidal no aclara plazos ni marca objetivos verificables en el corto plazo.
A la falta de aparcamiento se suma las carencias de seguridad vial. Baches, badenes y alcantarillado le hacen la vida un poco más difícil a los motoristas, 17 personas perdieron la vida el año pasado, la misma cifra que en 2014. Esto supone que el 63% de las víctimas mortales en Barcelona era motorista.
Según Mercedes Vidal, el Eixample es donde más accidentes se acumulan, junto con la calle Aragó que concentra varios puntos negros, entre los más peligrosos, los cruces con paseo de Gràcia y paseo Sant Joan.
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