El nuevo sistema de seguridad activa utiliza los propios sensores ya implantados en el vehículo, tales como el sensor del ABS en la rueda, acelerómetros, sensor del giro del volante, etc. Esto reduce notablemente el coste de implantación, pues lo que han desarrollado los investigadores del grupo de Ingeniería Mecánica es un conjunto de algoritmos que utilizan dicha información para hallar el nivel de deslizamiento óptimo.
La idea es que el vehículo analice en cada momento el estado real de la carretera: coeficiente de fricción y el deslizamiento. Algo que se ve modificado constantemente en función del nivel de suciedad, de que el asfalto esté seco o mojado, o que se circule sobre nieve.
El estudio ha sido publicado en la revista Sensors bajo el título ‘Robust Road Condition Detection System Using In-Vehicle Standard’.
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