La idea de Tyulpanov pasa por crear un nutrido registro nacional de donantes de órganos, y para ellos no duda en ofrecer descuentos de impuestos para los motoristas.
El solo hecho de incluir a los motoristas dentro del grupo de “actividades de riesgo”, ya implica que el nivel de seguridad vial en las carreteras rusas es deplorable. Pero si a ello añadimos que el incentivo económico para que utilicen más la moto es que donen sus órganos, entonces la propuesta linda entre lo macabro y lo surrealista.
Aunque teniendo en cuenta la fama de duros de los motoristas rusos, seguro que habrá más de uno que opine que un ahorro económico bien vale firmar el contrato con Tyulpanov.
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