La mitad de los accidentes graves de motocicleta y ciclomotor que se producen en Catalunya se concentran en once tramos de carretera que tienen 680 kilómetros en total, la mayoría de ellos en el área metropolitana de Barcelona.
Según el estudio Eurorap, presentado este jueves por el RACC y la Generalitat, los 7,4 kilómetros de la C-31 que transcurren entre El Prat de Llobregat y L'Hospitalet, son los más peligrosos para las motocicletas.
También figuran en la clasificación de carreteras con más riesgo de accidentes para las motocicletas la B-10 del nudo de la Trinidad hasta el enlace con la B-20; la N-II entre Montgat y el enlace con la C-32 de Mataró; la C-31 entre Barcelona y Montgat; la GI-661 entre Palamós y Calonge; la C-58 entre Barcelona y Cerdanyola y entre esta localidad y Terrassa; la B-20 entre Esplugues y el nudo de la Trinidad; y la B-140 entre Sabadell y Santa Perpétua.
El estudio Eurorap, en el que participan el RACC, el Servei Català de Trànsit (SCT) y el departamento de Territorio y Sostenibilidad, se elabora desde hace diez años analizando el número de accidentes graves de los últimos tres años en relación a la intensidad de tránsito.
El director del Servei Català de Trànsit, Joan Aregio, ha mostrado su preocupación por los accidentes de motocicleta y reconocido que no saben al cien por cien por qué los accidentes de moto no disminuyen al mismo ritmo que los de vehículos de cuatro ruedas y por qué se producen repuntes de accidentes graves.
Aregio, sin embargo, ha avanzado que la próxima semana darán a conocer los resultado de un plan de choque que ha aplicado el SCT para reducir la siniestralidad de las motocicletas, que están implicadas en un 35% de los accidentes mortales y graves.
Por su parte, el director de la Fundación RACC, Miquel Nadal, ha apuntado que algunos factores que puede haber influido es que el parque de motocicletas ha aumentado más que el de los coches y por lo tanto ha aumentado la movilidad, y que las motos no han incorporado tantas mejoras de seguridad como los turismos.
En este sentido, ha reclamado que la UE legisle para que sea obligatoria la incorporación del sistema de frenos ABS en las motocicletas, no sólo de alta cilindrada sino también en las de menor cubicaje.
Nadal ha avanzado que el RACC colabora con la FIA para que la UE apruebe esta legislación para mejorar la seguridad de las motocicletas y que la nueva reglamentación europea que obligaría a las motocicletas a tener ABS podría ser una realidad en el año 2015.
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