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Elsphet Beard es de ese pequeño grupo de mujeres pioneras que se atreve a conducir una motocicleta por las peligrosas carreteras de todo el mundo. Ella es la primera mujer inglesa en realizar semejante hazaña hace casi 40 años.
En 1980, cuando Internet, el correo electrónico, la navegación por satélite o los teléfonos móviles eran considerados los típicos temas infantiles de los libros de ciencia ficción. Elsphet decidió embarcarse en una gran aventura en moto a bordo de su BMW R60/6 de 1974. Un modelo que compró de segunda mano con 48.000 km en el marcador, y a la que acopló un equipo de maletas metálicas fabricado por ella misma.
Con solo 23 años, Elspeth acababa de terminar sus tres primeros años de estudios de arquitectura y con las 2.000 libras ganadas como camarera en un pub de Londres, decidió que comenzaría su aventura poniendo rumbo a Nueva York. De la Gran Manzana, rodó hasta Canadá, para después dar la vuelta 360 grados y bajar hacia México, desde donde volvió a mirar al norte pasando por Los Ángeles donde embarcó su moto hacia Sydney (Australia).
Antes de llegar a Australia, se detuvo para realizar una rápida visita a pie por Nueva Zelanda. Ya en Australia pudo realizar una gran ruta en moto, visitando toda la Isla-Continente y padeciendo el primer siniestro de su aventura. Fue en un camino de tierra cerca de Townsville (Queensland), donde la R-60 sobrecargada perdió el agarre. Ella quedó conmocionada pero sin huesos rotos.
Tras dos semanas de convalecencia en un hospital, siguió su ruta hacia el oeste, y volvió a embarcar su moto hacia Singapur, donde le robaron todas sus pertenencias, incluido el pasaporte y todos los visados para las fronteras que aún le quedaba por atravesar. Esto forzó una prolongada estancia en la Isla durante 6 semanas, desde donde pudo continuar explorando Indonesia, Tailandia - donde sufrió un segundo accidente grave tras chocar con un perro y después contra un árbol - y Malasia.
La ruta continuó por la India dirigiéndose hacia el sur para cargar su moto en un barco en Penang rumbo a Madras en Pakistan. Cruzando por unas sociedades de cultura medieval, y con una hepatitis que apenas le permitía sujetar la motocicleta en parado. El freno trasero le falló debido a una fuga de aceite, el embrague también había comenzado a fallar y a ella no le quedaban ni unos peniques en el bolsillo para las reparaciones.
Por suerte, el casco le sirvió a Elspeth como una forma improvisada de `buka´ y pudo cruzar el islamizado Irán en los 7 días de visado que tenían. Ya en Turquía todo comenzó a mejorar, pudo descansar y recuperarse de su enfermedad a pesar de que ya solo pesaba 41 kg (abandonó el Reino Unido como una mujer saludable de 65 kg). Desde aquí el viaje de regreso al Reino Unido a través, de Grecia, Yuguslavia… fue “pan comido” para nuestra intrépida motera.