“Para el usuario de la moto, su equipamiento es fundamental y se convierte en su principal elemento de protección pasiva”, subraya Juan Manuel Reyes, presidente de la Asociación Mutua Motera para la revista Tráfico y Seguridad Vial.
La motocicleta protege muy poco o nada en caso de accidente, por lo que nuestra única protección son los pocos elementos de vestimenta técnica que podamos incorporar. Desde el casco, los guantes y las botas, pasando por los protectores (de espalda, de pecho, de cadera, de brazo o de tipo collarín que evita los movimientos bruscos de cabeza), debemos ir bien protegidos también en verano.
No hay que olvidar el papel fundamental de los pantalones: aunque haga mucho calor, las piernas son la parte del cuerpo más expuesta a impacto en caso de accidente (aunque en términos de seguridad puede resultar mejor la piel, el tejido especial permite una mayor traspiración en verano). Lo esencial es que estén homologados CE y que dispongan de piezas de protección de quita y pon.
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