La Federación de Asociaciones Motoristas Europea (FEMA) ha informado de la puesta en funcionamiento del nuevo proyecto, una iniciativa de la que nos informa Peter Saleh, del Instituto de Tecnología de Austria.
Para saber cómo se producen los accidentes de motocicleta hay que medir una gran cantidad de datos experimentales que habitualmente es imposible obtener tras un accidente común. Los investigadores necesitan contar con una motocicleta que mida todos los parámetros justo en el momento de producirse el accidente.
La moto de pruebas ha sido desarrollada por la Universidad de Viena y el Instituto Austriaco de Tecnología. Peter Saleh, ingeniero civil de carrera y motorista, es uno de los coordinadores del proyecto. Durante su carrera ha obtenido gran experiencia en Seguridad Vial trabajando para el Consejo de Seguridad Vial de Austria.
Uno de sus primeras investigaciones consistió en establecer la relación entre el radio de la curva y los accidentes de motocicleta, con el fin de determinar la influencia de la infraestructura en los accidentes. Para ello utilizó camiones de pruebas, automóviles con todo tipo de sensores, e incluso bicicletas, pero el eslabón que faltaba eran las motos.
Por otra parte, su principal socio en la investigación de la Universidad Tecnológica de Viena, ya había realizado test sobre una Honda CB500 pero en relación a las maniobras humanas en las frenadas de emergencia, prueba del ABS, etc. Combinar ambos proyectos y experiencias de parecía una buena idea.
Ahora desean estudiar conjuntamente la interrelación entre los factores humanos, de la moto y de la carretera, que llevan a un accidente. Para ello contarán con la KTM – MoProVe, una moto equipada con la más alta tecnología de análisis.
Según Peter Saleh, “la KTM Super Adventure cuenta con toda la tecnología punta del momento” por lo que los sensores que posee se pueden emplear también para sus aparatos de medida. A pesar de todos los aparatos añadidos y las modificaciones efectuadas, la moto sigue estando homologada para circular por carretera.
En principio pretenden recopilar información sobre la situación exacta del vehículo con una precisión de centímetros. Adicionalmente medirán los radios de las curvas, la situación del firme (baches, irregularidades, etc), los eventos repentinos y las maniobras de frenadas bruscas.
Con todos estos datos podrán descomponer las fuerzas que actuaron en el siniestro, las vibraciones, el coeficiente de rozamiento de la carretera, las reacciones de deslizamiento del neumático y un sinfín de otros parámetros. Estos datos serán comparados con los que recogieron en su momento con las pruebas en camiones y automóviles en los mismos puntos de la carretera.
Los puntos de las carreteras seleccionados son puntos conflictivos (puntos negros) donde ocurrieron accidentes graves. Estos se pre-clasifican en verde (seguro) y rojo (peligroso). La moto de pruebas será conducida por dichos puntos a velocidades predeterminada para comparar los datos, y después se establecerá la relación entre los estilos de conducción y el riesgo.
El estudio podrá discernir la idoneidad del trazado de las carreteras: hay que tener en cuenta que las vías se diseñan pensando en la dinámica de los vehículos de pasajeros, pero hay que averiguar la diferencia entre el comportamiento de los diferentes vehículos que utilizan la calzada. No es lo mismo la trayectoria de un automóvil y la de una moto, o su capacidad de frenada.
El estudio también permitirá validar la eficacia de los sensores que montan las motocicletas de serie, y su nivel de seguridad. Todo esto permitirá desarrollar el futuro e-Call para motos y evolucionar los sistemas de airbag.
Finalmente, se podrán concebir modelos informáticos que permitan hacer simulaciones de accidentes de moto con solo pulsar una tecla. Estos modelos servirán para realizar las últimas pruebas a velocidades “demasiado altas” para la seguridad de los pilotos probadores (los propios investigadores).
Este proyecto de investigación en Seguridad Vial ha recibido una financiación de 60.000 €.
Fuente: FEMA