Alemania ha instaurado un ingenioso sistema por el cual los vehículos alemanes ven deducido el coste del peaje en sus impuestos anuales de circulación, algo que no pueden realizar el resto de vehículos comunitarios. En la práctica esto supone instaurar un sistema de peaje para vehículos del resto de países de la UE.
La obligación de tener la pegatina de peaje entró en vigor el 1 de enero de 2016 para todos los vehículos de hasta 3,5 toneladas, también motos. Para organizar el pago se han creado las tarjetas o pegatinas verdes, amarillas y rojas. La tarjeta de peaje más barata parte de los 10 euros y la de dos meses sale por 20 euros en las gasolineras. Los vehículos deberán pagar en función de su tamaño, su antigüedad y su nivel de contaminación. Los vehículos de pasajeros como los autobuses deberán pagar más.
Por ello la Comisión Europea considera que “el sistema alemán no cumple con los principios del Tratado de Fundación de la UE de no discriminación por motivos de nacionalidad y de la libre circulación de bienes y servicios”.
La Comisión se muestra además preocupada por la falta de avance tras los reiterados intentos de contacto para tratar el problema con las autoridades alemanas, algo que se viene sucediendo de manera regular desde noviembre de 2014. Ante la inmovilidad de las posturas, la Comisión Europea ha decido dirimir el asunto en el Tribunal Comunitario.