Las noticias sobre la contratación de profesionales altamente cualificados de otras compañías punteras como Tesla, Brammo o Lit Motors (motos con estabilidad artifical de la que incluso se especuló recientemente con su compra) parecen ahora papel mojado.

Los de Cupertino no han sabido lidiar con un proyecto que ha sufrido constantes bandazos y cambios de objetivos, y al que se le han revelado incluso los proveedores de componentes por considerar que iba a ser un vehículo con escaso recorrido comercial.

A principios de 2016 la compañía californiana tenía 1.000 personas en plantilla dedicadas en cuerpo y alma al proyecto Titan. Un curioso nombre para la última innovación de Apple que comenzó su andadura en 2013 y que tenía por objetivo comercializar su primer automóvil autónomo en 2020.

La fecha se acerca y el interés por construir un vehículo autónomo partiendo de la nada ha disminuido a cero. Ahora los cerebros que quedan bajo el proyecto Titán se limitarán a crear el sistema autónomo (puro software) que después estará disponible para las compañías de automóviles que quieran incorporarlo.

Dado que compañías como Tesla, Google, Ford, Mercedes, Grupo Volkswagen, PSA, Bosch, y un largo etcétera, persiguen el mismo objetivo y tiene productos bastante maduros en el mercado o en fase de comercialización, parece que lo que queda del proyecto Titán caerá como las manzanas, ¡por su propio peso!