El estilo bobber se remonta a los años cuarenta, cuando se aligeraba los diseños estándar de los grandes guardabarros que se estilaban en la época de la II Guerra Mundial. Se podría considerar que son las primeras motos custom, que fueron creadas en sus inicios por los soldados que volvían del frente.

La Triumph Bonneville Bobber se enmarca en el estilo retro de aquel entonces, pero con las características técnicas avanzadas de hoy en día: tiene ruedas de radios, pero por supuesto incorpora el ABS, o el control de tracción desconectable, el embrague asistido, el acelerador pilotado ride-by-wire y modos de conducción (Road, Rain).

El motor será el mismo 1.200 cc de la T120 y la Thruxton, pero con una puesta a punto afinada para lograr más par motor y potencia (la T120 declara 80 CV y 104.94 Nm). La configuración Bobber asegura unos intervalos de mantenimiento de 16.000 km.

Evidentemente, el chasis y la suspensión tienen que cambiar en consonancia para adaptarse a las exigencias de la nueva ergonomía más alongada, por algo en ingles se las denomina “long and low. Con una posición de conducción que se retrasa y baja hasta los 690 mm de su asiento. El manillar tendrá dos configuraciones, un típico cuelga-monos, y otro de posición más recta y descansada.

Bonito el detalle de los espejos situados a ambos extremos del manillar o una caja de la batería con correa de acero inoxidable (a la antigua usanza). También clásico el buje trasero de estilo "freno de tambor" o el guardabarros trasero envolvente. Como no podía ser menos, la llave de conacto se encuentra en el lateral derecho para mantener la tradición de las auténticas bobber.

Esperamos al Salón EICMA de Milán para disponer del resto de datos del fabricante.

Fuente: Triumph