En el marco del acuerdo se pondrán en marcha una experiencia piloto en las carreteras de León y Palencia, siguiendo el ejemplo de experiencias similares de Suecia y Holanda.
Para ello se realizarán actuaciones coordinadas para reducir la velocidad y se identificarán los tramos INVIVE (aquellos tramos de mayor riesgo por la concurrencia de velocidad y accidentalidad) con marcas viales específicas.
Para ello se pintarán líneas indicadoras longitudinales verdes, que irán paralelas a las marcas viales que separan la calzada y el arcén, y se instalará señalización informativa variable para indicar la presencia de la línea verde y advertir de la presencia de controles de velocidad.
Se trata de una actuación pionera en España que se practicarán en dos carreteras convencionales pertenecientes a la red de carreteras de la Junta de Castilla y León: la CL-615 y la CL-613.
La CL-615 comunica Palencia con Guardo en un tramo de 92 kilómetros. Desde 2011 se han registrado 14 fallecidos y 33 heridos hospitalizados graves (139 leves).
Mientras que la CL-613 es una carretera convencional que comunica Palencia con Sahagún, con una longitud de 58 kilómetros. Desde 2011 se han contabilizado 2 fallecidos y 30 heridos graves (55 leves).
Finalmente se instalarán dos radares de tramo que empezarán a funcionar en 2017, y se multiplicará la presencia de controles de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil del helicóptero Pegasus.
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