En su deseo de llegar a todos los clientes, las marcas han dejado un poco aparcados los pasados conceptos de motos de grandes cilindradas y peso como la BMW R1200GS Adventure, y abordado el tema desde una perspectiva más práctica y lúdica.

Motos más ligeras y económicas que exacerben las cualidades off-road aún a costa de perder algo de comodidad en los viajes. La mayoría de usuarios no pueden permitirse las largas travesías en motos por los desiertos del planeta, pero sí que pueden permitirse escapadas de puente o de fin de semana por las rutas menos transitadas de Europa.

En ese sentido se entienden el aluvión de novedades de este año con modelos tipo Honda CRF250L Rally, Versys-X 300, BMW 310 GS, Suzuki V-Strom 250 o incluso la Ducati Desert Scrambler.

El de Yamaha es un intento por conseguir un modelo que está muy próximo a la competición, con una importante reducción de peso y elementos que la convierten en una gran off-road. Tiene faros LED para un menor consumo, depósito de combustible de aluminio, horquillas KYB, carenado de fibra de carbono…

Evidentemente es una moto concepto que quizá se materialice en una versión de producción en el EICMA del año que viene.