La nueva ley impone compromisos nacionales para la reducción de sustancias nocivas presentes en el aire contaminado, como son los dióxidos de azufre (SO2), los óxidos de nitrógeno (NOx), compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM), amoniaco (NH3) y micropartículas (PM 2.5, de menos de 2,5 micrométros de diámetro). La mayor parte de ellos producidos por los vehículos diesel y por la calefacción central de los edificios mediante quemadores diesel.
La eurodiputada ponente del texto, Julie Girling ha afirmado que puesto que “La contaminación del aire es la primera causa medioambiental de muerte en la UE. La calidad del aire se ha situado en el centro de la agenda, en combinación con el ‘escándalo Volkswagen’ y la cuestión de las emisiones de los vehículos. Quizá también hay un cierto reconocimiento de que hemos pasado la última década concentrados en el CO2 (dióxido de carbono), dejando de lado la calidad del aire”.
Los costes de la contaminación
A parte de las 400.000 vidas que se pierden anualmente forma prematura o los 40 millones de ciudadanos expuestos a niveles de contaminación peligrosos para la salud, la contaminación tiene un elevado coste económico que según los datos de la Comisión Europea oscila entre los 330.000 y los 940.000 millones de euros al año. En este importe se incluye las pérdidas económicas por los días de trabajo perdidos, los gastos sanitarios, las pérdidas de cultivos y los daños a los edificios.
Fuente