La crisis económica ha espoleado la venta de motocicletas que han crecido un 18,6% en la última década. Entre los años 2004 y 2012 el número de matriculaciones de la ciudad Condal ha crecido un 36,2% hasta llegar a las 203.414 unidades, con una tasa de motos por habitante que pasa de las 94,5/1000 habitantes a las 136/1000 de 2012.
La nueva legislación que permite a todos los conductores poseedores del carné de automóvil conducir motocicletas de hasta 125 cc si cuentan con tres años de experiencia, también ha servido de acicate para lograr tan buenos resultados. Actualmente el número de desplazamientos ha crecido hasta representar el 26,5% de toda la movilidad motorizada.
“Que el 22,2% del parque móvil de Barcelona sean motos evidencia que se trata de un actor muy importante que había que estudiar en sí mismo, y hemos podido constatar que tienen un comportamiento muy diferente al coche en época de crisis”, nos explica la Dra. Carme Miralles, investigadora del ICTA-UAB y coautora del estudio.
El perfil del motorista medio parece estar influenciado por variables socioeconómicas. Por ejemplo, es el transporte privado más utilizado entre las personas con empleo y estudios universitarios. Una situación muy diferente a la del sudeste asiático, en el que la moto esta relacionada con las personas de bajos ingresos económicos. Además, el nivel de satisfacción de los usuarios de motos es superior al de los automóviles.
De los 372.278 desplazamientos realizados cada día por las motos de Barcelona, un 31,8% son realizados por personas entre los 30 y 64 años de edad. El 31,2% de los desplazamientos son realzados por mujeres, aunque su porcentaje es el que más crece, con un crecimiento del 43,6% entre 2004 y 2008, triplicando el número de mujeres moteras de ciudades europeas tan avanzadas en términos de igualdad como París.
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