A pesar de la cifra de las palabras de triunfalismo, la cifra de inscritos se ha reducido en 5.000 respecto a la registrada en 2014. Algo que los organizadores achacan al parón de dos años y a que no pretendían batir ningún récord de asistencia.
Los organizadores buscarán mejorar en próximas ediciones la seguridad en los desfiles y en mejorar la calidad de la zona de acampada. En torno a la seguridad vial destaca que un grupo de asistentes a Pingüinos colaboraron a esclarecer un caso de atropello.
En torno a las 22 horas se produjo un atropello tras subirse a la acera un automóvil en el paseo Filiponos de Valladolid. Una mujer de 53 años que paseaba junto a su nieta de tan solo 15 meses resultaron heridas pero no graves.
Un grupo de moteros decidieron perseguir a la conductora que se dio rápidamente a la fuga. El aviso a los servicios de emergencia permitió detener a la conductora del automóvil a 5 kilómetros del lugar del suceso, dando positivo en los test de alcoholemia.
Una historia más que contar alrededor de la hoguera, en una concentración que por otra parte, se ha desarrollado sin incidentes reseñables, y dentro de la legalidad.
Los premios del Pingüino de Oro ha ido a parar al piloto valenciano de MotoGP, Héctor Barberá, que se mostró “agradecido y orgulloso”, por el “genial ambiente”.
Luis Salomon, el piloto mallorquín que perdió la vida el pasado mes de junio de 2016 en un accidente en el circuito de Barcelona-Cataluña, ha sido otro de los pilotos galardonados. El premio lo recogió su madre.
Mientras que la distinción de honor ha sido para José María Alonso Stolle `Chemari´ a título póstumo, y para el cantante Fito Cabrales de Fito y Fitipaldis, por su demostrada pasión por las motos.