Desplazarse en bicicleta o moto eléctrica supone un alivio para la contaminación de las grandes urbes del país, y además son más económicas que las motos con motor de combustión. El precio de la moto eléctrica oscila entre los 1500 yuanes (200 € al cambio) hasta unos 4.300 yuanes (600 €).
La gran popularidad de la bicicleta llevó a muchos chinos a pasarse a las bicicletas de pedalada asistida y posteriormente a los ciclomotores y scooter eléctricos. Eso explica el gran auge que se está viviendo en aquel país. Son vehículos sencillos y económicos, con autonomías que se sitúan entre los 60 y los 150 kilómetros, y velocidades máximas entre los 35 y los 60 km/h.
Su principal ventaja es la plasticidad y capacidad de actualización. Las baterías son extraíbles e intercambiables, esto facilita la recarga en cualquier parte (en casa, en la oficina,…) además se puede ampliar la autonomía con solo comprar una de mayor capacidad. La velocidad máxima también puede ser modificada fácilmente en cualquier taller, así como la potencia. Todo ello, operaciones mucho más complejas de realizar en una motocicleta de gasolina.
Además, la moto eléctrica no necesita ser registrada, ni matriculada, ni asegurada, ni requiere la obtención de un carné de conducir. Todas estas ventajas son las que conducen a una expansión sin precedentes de la moto eléctrica en China.
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