La idea pasa por sancionar a los conductores extranjeros que cometan infracciones en nuestro país, pero para ello reclaman "más medios", según han expuesto los responsables de la DGT en Malta, donde se celebra la reunión del Grupo de Alto Nivel de Seguridad Vial de la UE.

El principal problema reside en el volumen de las multas que se tramitan es ineficiente, por lo que solo el 50% de los expedientes abiertos es cobrado en el país de origen del infractor, según informan desde Bruselas. Hasta la entrada en vigor de la nueva directiva, los europeos que cometían una infracción en nuestro país solo estaban obligados a pagar la multa si los pillaban 'in fraganti' y los paraban.

El segundo problema está en la falta de cooperación de algunos países, que como nuestro vecino Portugal, no intercambian datos. Además, las normas de tráfico varían en cada país, por lo que se recomienda consultar las diferencias antes de viajar en la página de la web de la Comisión Europea (en español).

Desde Tráfico se apunta a un incremento de las maniobras perseguidas y sancionables para los extranjeros, entre las que incluye: no mantener la distancia de seguridad, cometer adelantamientos peligrosos o estacionar poniendo en riesgo la seguridad. La directiva comunitario solo contemplaba hasta el momento: exceso de velocidad, saltarse los semáforos, circular sin casco, usar el móvil, no utilizar el cinturón, transitar por un carril prohibido o conducir ebrio o bajo la influencia de drogas.

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