Su libro se publicó no sin dificultades en 1974, tras ser rechazado por más de 121 editoriales. La editorial William Morrow & Company apostó por Pirsig y el libro se convirtió en un best seller.

Pirsing solo ha escrito dos libros en su vida, ambos conjugando la filosofía más profunda con los viajes e incluso las motos. El primero de ellos Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta “probablemente sea la obra de un genio, y apuesto a que conseguirá alcanzar el estatus de – clásico –“, comentó el editor Morrow James Landis. Tras diecisiete años de trabajo consiguió acabar “Lila: Una indagación sobre la moral” (1991), su segunda y última obra literaria.

Volviendo a su primera obra, el New York Times de 1974 la calificaba así: “Por impresionantes que sean los poderes de seducción con los que el Sr. Pirsig nos engancha a su viaje en moto, no son nada comparados con la habilidad con la que nos interesa en su viaje filosófico, escribió. El Sr. Pirsig puede parecer a veces un predicador por una América más verde, con su barba y sus viajes en moto y su discurso sobre aprender a amar la tecnología. Pero cuando lucha a brazo partido con los duros problemas filosóficos creados en los años 60, puede ser electrizante.”

Pirsing, nacido en Minneapolis se alistó al ejército en la II Guerra Mundial. Mientras permanecía en Corea del Sur se topó con las filosofías orientales que tanto le influyeron a lo largo de su vida. Quizá por ese encontronazo terminó estudiando filosofía hindú en la Universidad de Benarés (India), e incluso hizo un programa de doctorado en filosofía de la Universidad de Chicago.

`Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta´ trata de resolver el conflicto de valores entre los clásico y lo romántico, entre la “calidad” de la máquina (motocicleta) y la “belleza” de una carretera rural. Zen es una bella metáfora sobre cómo conjugar el frío y racional mundo tecnológico que nos abruma y el cálido e imaginativo mundo del arte. Una travesía interior que se traduce en una ruta por la carretera:

“Calidad… sabes lo que es, pero no sabes lo que es. Pero eso es contradictorio en sí mismo. Pero algunas cosas son mejores que otras, es decir, tienen más calidad. Pero cuando intentas decir qué es la calidad, aparte de las cosas que la tienen, todo hace ¡puf! No hay nada de qué hablar. Pero si no puedes decir qué es la calidad, ¿cómo sabes lo que es, o cómo sabes siquiera si existe? Si nadie sabe lo que es, entonces para todos los propósitos prácticos no existe en absoluto. Pero para todos los propósitos prácticos realmente existe.”

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