Un dinero que se reparte entre los 2,5 millones en subvenciones directas, los casi 5 M€ de canon de los organizadores del Mundial (Dorna), y los 20 millones de la última remodelación del circuito, que aún están pendiente de pago.

Todo ese dinero tiene que salir de taquilla, pues los ingresos por publicidad y derechos de emisión por TV van íntegramente a Dorna. Cada año asisten al circuito unos 120.000 aficionados, pero solo la mitad pasan por taquilla, el resto son entradas VIPs, pases de paddock, para los trabajadores, periodistas, etc.

Las Administraciones acuden a este dispendio viéndolo como una inversión que revierte en los negocios de la zona (Hoteles, restaurantes, talleres, gasolineras y demás negocios de ocio). El impacto económico en la zona de los casi 200.000 visitantes se estima en unos 28 millones de euros. El gancho que supone MotoGP y la Formula 1 es suficiente para mantener activo el circuito durante toda la temporada.

No solo Jerez

En España se celebran cada año cuatro grandes premios de motociclismo, todos los circuitos involucrados arrojan pérdidas, por lo que deben ser rescatados con dinero procedente del erario público. Barcelona, sin ir más lejos, intenta todos los años desmarcarse de dicho desembolso.  El circuito inaugurado en 1991 y muy próximo a una de las zonas con mayor densidad de población de España, necesita todos los años de 10 a 15 millones de euros de la Administración para mantenerse activo.

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