Comienza a atisbarse un punto de inflexión, cuando los grandes fabricantes se deciden definitivamente a adoptar la movilidad eléctrica. Según Hachigo, el plan se enmarca dentro de una estrategia a largo plazo de la empresa en la que no se creará un modelo sino toda una gama.

En 2030 las ventas de coches eléctricos podrían suponer las dos terceras partes del total, y el departamento de motos debería seguir dicha estela de avance y progreso. Un avance tecnológico que no solo se notará en los sistemas de propulsión eléctricos, también en sistemas electrónicos de ayuda a la conducción (ADAS) como el sistema de equilibrio automático.

Aunque Honda ha mostrado prototipos tan singulares como el T-REX, símbolo de que la era de los dinosaurios con cilindros llega a su fin, de momento su estrategia se centrará principalmente en el sector más rentable, el de las pequeñas scooter urbanas para el reparto de paquetería (carteros, mercancías, comida a domicilio, paquetería, etc).

Las motos se encuentra actualmente en plena fase de desarrollo, y como el modelo taiwanes Gogoro, contará con un sencillo sistema de intercambio de baterías, para no tener que perder tiempo entre recargas, y así incrementar el número de kilómetros que se puede recorrer a diario sin complicar en exceso la motocicleta.

Pero Honda es un gigante de las dos ruedas y su apuesta irá más allá de los scooter eléctricos, en la gama que nos propone se encontrarán también motos deportivas derivadas de su colaboración con Mugen (ganadora del TT Zero por segundo año consecutivo) y grandes motos, como la GoldWing. Una moto que podría contar con un sistema hibrido en su próxima renovación, lo que le permitiría rebajar emisiones contaminantes incrementado el placer de conducción.

Fuente: Honda