Copiapó, Chile, 375 metros de altitud. El británico Walter Colebatch, el austriaco Lukas Matzinger y el estadounidense Barton Churchill mirán a un punto cerca del cielo. Se trata de la cima del volcán más alto del mundo, conocido como Ojos del Salado. Su impresionante presencia les impone respeto, la gigantesca roca coronada por nieve parece haber salido del primer día del mundo.
Miran hacia abajo, hacia sus monturas, unas Husaberg FE 570. Una duda estremece sus entrañas ¿lo conseguirán? Se miran entre ellos y asu equipo, arrancan y van a por ello.
Llegar hasta Atacama, a la ya respetable altura de 5.256 metros ha sido relativamente sencillo, pero significa sólo el primer paso. Ahí paran y establecen el campo base, tomándose cierto tiempo para lograr la necesaria aclimatación a una atmósfera pobre en oxígeno. Pero no se quedan quietos, si no que comienzan una serie de exploraciones menores para analizar la mejor ruta posible de ascenso. De una de ellas, sin embargo, surge un logro importante. La piloto estadounidense Sherri-Jo Wilkins, componente de su equipo de soporte, establece un nuevo récord de altitud en moto femenino la alcanzar los 5.903 metros sobre una de las Husaberg y sumar nada menos que 517 metros a la anterior cifra.
El final de la ruta se explora a pie para asegurar el feliz resultado. Recorren la ruta completamente cubierta de nieve usada por Matthias Jeschke para establecer su récord en coche en 2004. Jesche construyó a 6.361 m. un pequeño refugio hecho de rocas y suelo de bambú que los tres aventureros se fijan como meta.
Pero en el descenso comprenden que llegar hasta allí les va a ser imposible por la dureza física del trayecto. Pero no renuncian y deciden atacar el ascenso con una única moto relevándose para lograr el hito. Aún así, a los 6.000 metros han de volver a la base -dejándo la moto y la equipación- para recuperar las fuerzas necesarias en un día de asueto.
A las 36 horas, están de vuelta allí y tras una dura batalla cruzando glaciares y a punto de salir el sol y hacer historia alcanzando el refugio de Jeschke, Barton, el piloto que tenía el turno, se vuelve hacia sus compañeros y les invita a montar con él. Los tres juntos, con el sol despertándose entre las faldas de Los Andes llegan al punto. Los GPS señalan un margen de error de +/- tres metros fluctuando entre los 6.359 m y los 6.363 m. Tras diversas lecturas en las que la más común es 6.361 metros, fijan esa cifra como la altitud alcanzada.
Los tres se abrazan y gritan de júbilo. El mundo del motociclismo y la aventura ha logrado una nueva conquista nunca antes alcanzada. ¡El próximo reto ya será 116 metros más difícil!