El agente ha sido condenado por un jurado popular que lo ha declarado culpable de un delito de cohecho continuado por cuatro sanciones de tráfico impuestas entre octubre de 2014 y febrero de 2015.
Estos sobornos exigidos para romper los boletines de denuncia eran de 40 a 100 euros. Los cuatro ciudadanos pagaron las “mordidas”, y posteriormente denunciaron los hechos ante los mandos de la Policía Local y ante el Cuerpo Nacional de Policía.
En su defensa el agente comentó que durante esa época era adicto a la cocaína, lo que le llevo a cursar numerosas bajas médicas en su trabajo. Una adicción que finalmente le costó la baja permanente por incapacidad. Igualmente adujo haber devuelto los 240 euros a los afectados.
El policía local se enfrenta ahora a una pena de prisión de cinco años y a una multa de 5.400 euros, así como que se le prohíba trabajar en cualquier cuerpo policial o entidad relacionada con la seguridad vial.
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