Aunque en un principio se trataba de vigilar los estacionamientos en el carril reservado, en doble fila o en zonas de carga y descarga, han sido los motoristas los más perjudicados por la mayor vigilancia de la Guardia Urbana de Barcelona.
Un total de 1.074 motoristas han sido multados en los tres primeros meses de 2017, casi una docena al día. Una cifra abultada teniendo en cuenta las 499 denuncias impuestas por otros motivos de tráfico en ese mismo periodo de tiempo. En 2016 las motos supusieron el 70% de las multas relativas a la invasión del carril bus.
Alberto Fernandez, del grupo municipal del PP, habla ya de “motofobia” de Ada Colau y su equipo de gobierno. Para que las motos puedan circular por el carril bus sin ser multadas habría que modificar el artículo 13 y el 15.2 de la Ordenanza de Circulación de Peatones y Vehículos.
Circular por el carril bus permitiría agilizar el tráfico y reducir la accidentalidad de los motoristas. Es una medida que ya se aplica en Madrid y otras ciudades de España, y que salvo en calles concretas de diseño muy especial, ha sido una iniciativa exitosa. En ciudades como Vigo, San Sebastián, Valencia o Sevilla se ha reducido la siniestralidad de las motos un 35%.
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