Las obras se centrarán en la eliminación de un peligroso tramo zig-zag a la altura del kilómetro 7 de dicha vía, y en la reparación del asfalto, con el consiguiente repintado, señalización, balizamiento y nuevo drenaje.
Con ello se evitarán los problemas de seguridad vial de una carretera de calzada muy estrecha (7 metros) y sin arcenes, por la que circulan 6.500 vehículos diarios. Una vía cuyo asfalto se había deteriorado notablemente, y en la que se han registrado numeroso accidentes.
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