Basándose en la tecnología de reconocimiento de imágenes, un sistema de inteligencia artificial es capaz de reconocer los vehículos por su imagen (marca, modelo, color, golpes de la carrocería y arañazos en la pintura). De este modo consigue multar a los vehículos sin necesidad de tomar la matrícula.
Las ventajas son múltiples pues no solo permite evitar que el usuario tape o modifique la matrícula para no ser multado, sino que además, permite localizar coches robados a los que se les ha cambiado la placa de matrícula.
El principal objetivo es lograr que la policía cuente con un agente más en la carretera, capaz de localizar coches sospechosos involucrados en delitos, o vehículos robados. También puede servir para la lucha antiterrorista, en especial en Europa donde los vehículos son utilizados como armas para asesinar de forma masiva.
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