Los examinadores comenzaron las jornadas de huelga en junio, y desde entonces han afectado a miles de alumnos en toda España. La ausencia de acuerdos es lo que está provocando que la huelga se dilate más de la cuenta, y los alumnos son los que más están sufriendo.
El número de pruebas pendientes crecen en todo el país hasta las 86.000, una acumulación que será difícil que se resuelva antes de diciembre. Los alumnos también padecen el incremento de clases prácticas necesarias cuyo coste económico ronda los 20 euros por clase.
Fuente: FACUA