Iver Hearth es una pequeña población en los alrededores de Londres en la que han aparecido extrañas estatuas con forma niños y supuesta función de bolardo. Un nuevo elemento en el campo de la seguridad vial que incluso tienen nombre… “Billy” y “Belinda”.
Aunque en principio se trata de alertar a los conductores de la presencia de niños, e incluso que crean que son niños de verdad esperando para cruzar, lo cierto es que los habitantes los tachas de "terroríficos", "extraños" y "causantes de distracciones al volante", según se recoge en `The Telegraph´.
Pero el ayuntamiento parece decidido a seguir con la medida en el entorno de otros colegios y lugares públicos. Otra media docena más serán instalados próximamente a un coste de casi mil euros la unidad.
Los bolardos con forma humana adquirieron mala fama en 2009 cuando tras una iniciativa similar realizada en Leicester, se cobró la vida de un motorista. La asociación de motoristas británica elevo la queja públicamente.
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