La Ley SELF-DRIVE ha pasado de la Cámara de Representantes al Senado de los EE UU donde deberá ser ratificada. Algo que puede dilatarse algún tiempo pues coincide con otro proyecto de ley de naturaleza similar impulsado por tres senadores de forma independiente.
En cualquier caso, cuando esté aprobada la futura Ley SELF-DRIVE reemplazará las actuales normas estatales sobre la materia y creará un nuevo marco regulatorio para el desarrollo de los vehículos de conducción autónoma.
Con la nueva ley se eliminan algunas normas de seguridad establecidas para los vehículos con conductor, como por ejemplo la situación precisa del volante y los pedales, que ahora podrá ser variable.
Será interesante comprobar cómo afecta la nueva Ley a la industria. Cuando esté aprobada la Ley del Senado solo afectará a los vehículos comerciales autónomos, mientras que la que promueve la Cámara se aplicará a los vehículos de pasajeros, y en especial, como afecta al resto de usuarios de la vía, especialmente a los motoristas.