Aunque de momento se investiga la posibilidad de utilizarlos en el control del tráfico y la detección de infracciones, en un futuro podrían pasar de la fase de pruebas a la realidad. Entonces las multas podrían llover del cielo de la mano de estos pequeños robots voladores.
Desde Tráfico se estudia la posibilidad de combinar la acción de los helicópteros Pegasus con los drones y avionetas (también en fase de pruebas). Según la situación se utiliza el medio que se considere más adecuado, pero en el futuro podría haber una paulatina sustitución de la flota de aeronaves pilotadas por los nuevos drones de vuelo semiautomático.
Tras diez semanas de ensayos se ha comprobado que la ecuación sale, menos coste para el mismo servicio de vigilancia y control de las carreteras. Los drones no solo detectan con gran precisión las infracciones, sino que son capaces de perseguir a un delincuente en su huida, ofreciendo información inmediata a los coches patrulla a nivel del suelo.
Pero los drones no lo hacen todo bien: son eficientes en la detección de conductores que se saltan un STOP, que no mantienen la distancia de seguridad o que no llevan el casco, pero fallan a la hora de medir con la precisión requerida los excesos de velocidad, y tampoco son capaces de observar si un conductor se distrae hablando con el teléfono móvil.
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