El vehículo conectado y autónomo requerirá un tipo de infraestructura muy diferente a la actual. La información deberá fluir continuamente entre los vehículos y la infraestructura, y al revés, con el fin de lograr la información necesaria para una conducción autónoma segura y eficaz.
En el marco del Horizon2020 se estudiará en un tramo de la AP-7 a la altura de Girona la posibilidad de convertir a los vehículos en unos teléfonos móviles sobre ruedas. Se pondrá a prueba especialmente la interacción inicial entre vehículos autónomos con los que no lo son, un proceso intermedio donde la coexistencia de lo antiguo y lo nuevo podría dilatarse en el tiempo.
La iniciativa europea Inframix permitirá detecta y definir cuáles son los equipamientos necesarios para hacer posible la conducción autónoma y semiautónoma. Contará de la instalación de sensores en la autopista que miden la velocidad, la distancia que se recorre y el nivel de ocupación de la vía. Estos datos serán tratados por ordenadores para crear un modelo del tráfico en tiempo real, que será reenviado a los vehículos (pilotados o no) para ayudar a su toma particular de decisiones.
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