El anteproyecto contemplaba tres posibilidades: la primera opción es que la Policía Foral mantenga la situación actual del cuerpo con competencias compartidas, la segunda opción contempla la adopción progresiva de competencias en materia de Tráfico, Seguridad Vial y Medio Ambiente.
La tercera posibilidad a debatir en el Parlamento es la adopción de un modelo policial integral con todas las competencias transferidas por parte del Estado, lo que supone la práctica desaparición en tierras Navarras de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Algo que ya ocurre en otras comunidades como el País Vasco y Cataluña.
El modelo de trasferencia de todas las competencias implicará casi duplicar la plantilla del cuerpo, hasta los 2.000 agentes. Para implementar el Plan Director se necesitara la creación adicional de 11 equipos de trabajo y 19 estudios, sobre las nuevas competencias.
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