La movilidad en la capital aragonesa ha experimentado un cambio radical en la última década. No solo como consecuencia de la irrupción de los Urbos 3 o la implantación de la nueva y extensa red de carriles bici, sino también por el espectacular crecimiento en la matriculación de motos.
Así lo confirman las estadísticas. Mientras en 2002 el padrón municipal de vehículos de tracción mecánica reflejaba un total de 15.903 ciclomotores y 14.082 motocicletas -haciendo un total de 29.985-, diez años más tarde estas cifras se han disparado un 50%. Los últimos datos revelan que en la capital aragonesa circulan 17.054 ciclomotores y 28.007 motocicletas, lo que deja una suma de 45.061 vehículos.
Esto supone, a pesar del notable aumento de plazas de aparcamiento -en el año 2002 había 300 y en la actualidad 1.800, seis veces más-, un verdadero problema para estacionar en determinadas zonas, como el centro de la ciudad. Esta situación se agrava en horas punta.
A pie de calle, los propios usuarios confirman esta realidad. Miguel Júlvez, un zaragozano que estaciona a diario su 'scooter' en las inmediaciones de la plaza de España, asegura que "hay días que se pone imposible, sobre todo a primera y última hora de la mañana". Sin embargo, este vecino apunta que el verdadero problema no se encuentra en el centro de la urbe: "Vivo en Las Delicias, y por la noche aparco la moto en la calle, muchas veces en la acera, y en dos ocasiones me la he encontrado volcada al día siguiente". Según su criterio, este problema se subsanaría "si hubiera más aparcamientos en batería", que desempeñarían un papel disuasorio de los vándalos.
María Pérez, una joven zaragozana que acude a diario a trabajar en su 'Vespa' a la calle de Zurita, se muestra también crítica con el espacio específico del que disponen para aparcar: "Hay bastantes plazas, pero no las suficientes. Si no vengo temprano nunca queda sitio y tengo que buscar aparcamiento en otras calles o en la acera".
La ordenanza municipal que regula el estacionamiento de vehículos de dos ruedas en la vía pública es bastante flexible en este sentido.
En concreto, el articulado establece que, de no existir espacios específicos, se podrá estacionar "encima de las aceras, paseos o andenes de más de tres metros de anchura, en forma paralela a la acera y a una distancia de 50 centímetros de la calzada. Además, la distancia mínima entre dos vehículos de este tipo será de dos metros". Condición esta última que, como ocurre a diario en la plaza de España, no siempre se cumple.
Además, el texto regulador impide el estacionamiento en las zonas de circulación señalizadas como calle residencial.
Calles desbordadas
Juan Carlos Toribio, director del departamento de Seguridad Vial de Mutua Motera y uno de los responsables de la delegación de esta asociación en Zaragoza, se muestra bastante crítico con la explotación del espacio en determinados puntos de la ciudad, como el paseo de la Independencia: "Es una zona muy desaprovechada, ya que no se pueden aparcar motos. Sin embargo, sí permiten a los bares colocar terrazas". Esto, señala el experto en movilidad, genera que "las calles colindantes estén desboradas".
Toribio se felicita por el notable aumento en el número de ciclomotores y motocicletas en la ciudad: "Debemos entender que la moto es la respuesta a los problemas de movilidad urbana", pues resulta "determinante" a la hora de "descongestionar" el tráfico. Además, enumera otras ventajas sobre los turismo, de los que asegura que casi siempre llevan a 1 ó 2 pasajeros a lo sumo: "Se contamina menos y además, donde cabe aparcado un coche, hay espacio para 4 ó 5 motocicletas".
Asimismo, el representante de Mutua Motera consideraría "un buena alternativa" la colocación de un espacio avanzado para motos en los semáforos. Una medida que "funciona perfectamente en otras ciudades" como Barcelona.