En ese sentido, uno de los países más anclados al antiguo motor de explosión son los Estados Unidos. Solo eso explica que se esperen vender unas 89.000 motocicletas eléctricas este año, en comparación con las 252.000 de Alemania, un país con menos de un tercio de la población de los Estados Unidos.

De acuerdo con un reciente estudio de la empresa Pike Research, esa atonía comenzará a cambiar en los próximos años. Según las previsiones del informe, las ventas de motocicletas eléctricas en los Estados Unidos se triplicarán en los próximos seis años, llegando a 265.000 unidades en 2018. Pike espera que las ventas mundiales de motocicletas eléctricas superen los 47 millones de vehículos en el año 2018, generando casi 10.000 millones de euros en ingresos.

El reto de la distribución sigue siendo un obstáculo significativo a la venta de motocicletas eléctricas en muchas regiones, incluyendo América del Norte, Oriente Medio, África y América Latina. En América del Norte, como en algunas partes de Europa Occidental, los distribuidores de motocicletas tradicionales han demostrado una gran falta de interés por introducir las nuevos modelos eléctricos, porque los clientes aún no se han habituado a ver este tipo de vehículos como una alternativa más.

Algunos de los fabricantes más grandes del mundo de motocicletas eléctricas, incluidos los gigantes, Trek y Schwinn, no encuentran apoyo para su introducción en los mercados de EE.UU. y Europa.

Sin duda la evolución de la tecnología, la reducción paulatina de precios, y una infraestructura de recarga cada vez más extensa, ayudará al despliegue de un sistema de movilidad personal , ecológico, económico a largo plazo y sostenible, que permitirá sustituir millones de pequeñas motos de gasolina por modelos impulsados por electricidad, lo que supondrá una reducción tanto de emisiones contaminantes, como de ruido en las cada vez más saturadas ciudades de todo el mundo.

En España las ventas de este tipo de motos ha crecido de forma importante en 2012, con un primer trimestre donde el aumento ha llegado al 65%, apoyado por una oferta cada vez más completa, y un programa de ayudas que llega al 25% del precio de la moto, lo que nos permite disfrutar de modelos con cerca de 100 kilómetros de autonomía, por unos precios que parten desde los 2.000 euros.