"Lo que tenemos que hacer es sacar más rendimiento de esos radares que tenemos y ponerlos allá donde sabemos que la velocidad contribuye de forma incuestionable a la siniestralidad", asegura en una entrevista con Efe la directora general de Tráfico, María Seguí.
No obstante, la responsable de Tráfico ha dejado claro que seguirán existiendo radares en tramos "aparentemente seguros" a fin impedir que las velocidades se disparen, lo que a la larga también es un factor de riesgo.
"Incluso allá donde el riesgo no sea obvio e inmediato sirven para atemperar los comportamientos y prevenir esas velocidades extremas, de manera que tampoco sería apropiado no utilizar los radares en esas circunstancias", ha subrayado.
En cualquier caso Seguí ha negado tajantemente que la DGT tenga un afán recaudatorio, como se le achaca desde algunos sectores, y ha recordado que todas las políticas de seguridad vial se financian a través de las multas que pagan los ciudadanos.
LAS CARRETERAS CONVENCIONALES A 90 POR HORA
Tal y como avanzó ayer en una entrevista con Efe el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, Tráfico tiene ya prácticamente decidido reducir la velocidad máxima en las carreteras convencionales de los 100 a los 90 kilómetros por hora, ya que las carreteras secundarias se consideran las más peligrosas al acumularse en ellas el 75 por ciento de los accidentes de tráfico con víctimas.
"La actual velocidad máxima de las carreteras convencionales parece a todas luces excesiva", alerta Seguí.
En cuanto a la posibilidad de elevar la velocidad máxima en autopistas y autovías hasta los 130 kilómetros por hora, la directora cree que es una hipótesis que "no se puede descartar" aunque rechaza que pueda plantearse como un "intercambio de cromos" con respecto a la reducción de la velocidad en secundarias.
"Es una idea que no podemos descartar. Efectivamente hay tramos adecuados en los que la siniestralidad histórica nos evidencia que esas carreteras están diseñadas para aguantar ese flujo. Sería absurdo no acometer esa reforma en esa dirección", aclara.
LA ACERA, MEJOR PARA LOS PEATONES
Además de los cambios en los límites de velocidad, el nuevo Reglamento General de Circulación que prepara la DGT contempla una nueva regulación del uso de las bicicletas.
Aunque todavía no está decidido, Seguí es partidaria de que las bicicletas tengan prohibido circular por las aceras, salvo en aquellas en las que exista un carril exclusivo para los ciclistas.
"En la acera tenemos personas a las que nos interesa por su salud y por la movilidad en general que caminen, y que caminen tranquilas por la acera, por eso también hay que protegerlas", señala.
Tráfico también apuesta por que el casco sea obligatorio para los ciclistas tanto en carretera como en ciudad, fomentando además su uso entre los más jóvenes, que son además los más vulnerables.
"Me parece que si por alguien puede iniciarse esa campaña de uso del casco es precisamente en los niños, porque nadie cuestionará el valor especialmente añadido de proteger a nuestros menores", subraya.
LA TASA CERO DE ALCOHOL, MÁS A LARGO PLAZO
La tasa cero de alcohol al volante es otra de las apuestas a largo plazo de la DGT, aunque Seguí cree que a día de hoy no es un asunto prioritario: "Tal vez no sea la batalla que haga falta lidiar ahora".
La responsable de Tráfico recuerda que todavía hay 100.000 infractores por alcoholemia con las tasas actualmente vigentes, por lo que considera que aún queda mucho recorrido para la mejora antes de abordar objetivos más ambiciosos.
Para Seguí, la idea de que la única tasa segura es cero está vigente, con independencia de que la legislación vaya a recoger en breve esa obligación.
"En estos momentos hay más temas que abordar con carácter inmediato y prioritario", ha insistido.
EN BREVE, EL NUEVO MÉTODO DE CÁLCULO DE FALLECIDOS EN ACCIDENTE
Uno de los primeros anuncios de María Seguí al poco de llegar a la DGT, el pasado mes de febrero, fue la elaboración de una nueva estadística de los fallecidos en accidente de tráfico que incluya datos reales de las personas muertas en el hospital hasta 30 días después del siniestro.
Hasta ahora, la DGT calculaba este dato mediante un coeficiente corrector, lo que arroja una simple estimación, no un cifra totalmente contrastada.
La directora de Tráfico espera que hacia el próximo mes de septiembre se pueda hacer público el balance de siniestralidad ya con ese nuevo método de cálculo, cuyos datos -avanza Seguí-, no difieren demasiado con las actuales estimaciones.
"La buena noticia es que se confirma la tendencia descendente de la cifra de fallecidos de los últimos años, incluso con ese indicador alternativo", se felicita.
Más preocupada se muestra Seguí con la evolución de la siniestralidad durante este año en comunidades como Cataluña, en la que la DGT no tiene competencias en materia de tráfico.
De forma paradójica, el incremento de víctimas mortales en Cataluña no se está produciendo en las carreteras convencionales, las más peligrosas, sino en autopistas y autovías.
Seguí confía en que esa tendencia negativa detectada en Cataluña no se traslade al resto de España, donde la cifra de fallecidos en carretera ha seguido cayendo.
"¿Si me da miedo que las cifras pueden aumentar? Por supuesto, y por eso estamos trabajando todos los días y con todo nuestro afán. Nos sobran las razones para seguir peleando cada día para vencer esa epidemia en la que no estamos solos en el mundo", subraya.
DEL "NO PODEMOS CONDUCIR POR TI" A LA SEGURIDAD ES COSA DE TODOS
Las nuevas campañas de comunicación que prepara la DGT darán un giro a los mensajes de años atrás. Del "no podemos conducir por ti" se pasará al mensaje de que la seguridad vial es cosa de todos y de que nadie puede permanecer ajeno.
"Todos somos usuarios, todos tenemos arte y parte en la solución de este problema", destaca Seguí.
La DGT también quiere acabar con los "estereotipos" sobre las víctimas de accidentes.
Esa falsa idea de que los únicos que pierden la vida en la carretera son hombres jóvenes que conducen por la noche después de haber bebido, cuando el perfil a lo largo del año es el de una persona que fallece al ir o volver del trabajo.
"Un reto de la DGT es desmontar estereotipos, el pensar que la culpa o el riesgo de tener un accidente lo tiene otro. Este es un tema en el que todos tenemos algo que hacer, seamos más o menos jóvenes, vayamos conduciendo a trabajar o de fiesta", alerta.
Precisamente las víctimas de accidentes serán otras de las grandes protagonistas de la nueva etapa de la DGT.
Tráfico va a abrir oficinas de atención a las víctimas en las jefaturas provinciales para atender sus dudas, informarles de sus derechos o procesos judiciales y mejorar sus condiciones de vida.
"Nos interesa fundamentalmente tres cosas: primero que cada vez haya menos víctimas. La segunda que se sientan protegidas, y en tercer lugar que ellas mismas contribuyan de manera activa en la educación del resto de los ciudadanos de forma que cada uno de nosotros pongamos nuestro granito de arena en esta batalla conjunta", concluye.