Pues algo así está ocurriendo estos días en la autopista de la Costa del Sol (AP-7), especialmente a su paso entre los puntos kilométricos 194 y 195 (enlace de Calahonda), donde se obtiene la perspectiva más desoladora del resultado del grave incendio forestal que arrasó esta y otras zonas de la provincia la pasada semana.
Numerosos conductores aminoran la velocidad al pasar junto a los árboles calcinados y tratan de echar un vistazo mientras sus acompañantes hacen fotografías sobre la marcha, con lo que ello supone de pérdida de atención sobre la vía. Tal y como ha podido constatar este periódico, incluso en algunos casos se han visto obligados a dar un volantazo para no terminar en el arcén. No obstante, Tráfico no tenía constancia hasta ayer de ningún accidente por este motivo.
De la conmoción que ha supuesto el fuego para los ciudadanos da cuenta otro dato: los servicios de emergencias están recibiendo numerosas llamadas de conductores que alertan de que han visto humo brotando de los rescoldos junto a la carretera, según informaron ayer.
Elementos disuasorios
Juan Manuel Reyes, experto en movilidad y presidente de la asociación Mutua Motera, corrobora que esta circunstancia excepcional puede ser causa de accidentes, y recuerda que las distracciones al volante son elementos que concurren en la mayoría de los siniestros. «El de Málaga es un caso especial, un incendio de gran alcance que al ciudadano le sorprende y puede abandonar la observancia de la conducción para mirar ese paraje desolador, por lo que se produce desaceleración y pérdida del control lateral del vehículo, entre otros efectos». Por ello, reclama a la DGT que intervenga, bien con más comunicación, a través de los medios y de los paneles inteligentes; bien mediante pantallas de ocultación visual; o bien con vigilancia de la Guardia Civil en esos puntos, «para que los conductores estén alerta y no se fijen en las cenizas».
En cambio, la jefa provincial de Tráfico, Trinidad Hernández, considera que en el incendio de la AP-7 no tiene lugar lo que coloquialmente se llama «efecto mirón», y que se produce cuando ocurre un accidente y otros conductores, para ver lo que ha ocurrido, dejan de prestar la atención debida a la conducción. Este factor es causa habitual de siniestros por alcance, en el sentido inverso al del accidente primario, así como de retenciones. Hernández añade que en estos casos se extreman las precauciones a pie de carretera, a través de los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, para disuadir a los «mirones». Con todo, recuerda que la DGT mantiene una información permanente a través de campañas e intervenciones sobre las consecuencias de estos despistes.
Diario SUR