Primero fue el futbolista del Real Madrid, Karim Benzema, que fue cazado la semana pasada a nada menos que 216 kilómetros por hora por la M-40 de Madrid, en un tramo limitado a 100. Ahora nos ha llegado el caso de su compañero Marcelo, sorprendido hace unos días por una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico conduciendo con todos los puntos de su carné agotados, tras haberse saltado un ceda al paso. Casos que no son nuevos en la historia de futbol y que han llevado a la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme) a ofrecerse a los clubes de fútbol de España para impartir cursos de seguridad vial a sus jugadores.
«Igual que damos cursos en universidades, colegios e institutos, podemos darlos también en los clubes de fútbol», asegura a ABC la directora de Aesleme, Mar Cogollos. «En los futbolistas se mezcla la juventud y un poder adquisitivo elevado, lo que les da acceso a coches de mucha potencia. Tienen coches que van a 200 kilómetros por hora y les resulta difícil ir a 120. Se creen que el airbag y las demás medidas de seguridad les van a salvar, pero tienen que tener en cuenta que las pruebas de los “crash test dummies” se hacen a 50 km/h, y a partir de 100 las consecuencias siempre pueden ser fatales. No son vulnerables porque piensen que son buenos conductores y con buenas aptitudes físicas. Eso lo tienen que entender», añade.
La asociación ha puesto en marcha esta iniciativa alarmada por todos los casos de imprudencias y delitos contra la seguridad vial que se están viendo reflejados últimamente en los medios de comunicación por parte de estrellas del fútbol como Casillas, Piqué, Marcelo o Benzema. «Las personas que más ejemplo tienes que dar son los personajes públicos, ya que son un modelo para las jóvenes. Pero son precisamente a estos a los que ven conducir con escayola, a velocidades dos veces por encima de la permitida, sin cinturón, etc. Creo que eso no es bueno ni tan siquiera para la imagen de los clubs, que también deberían sancionarles», declara Cogollos.
Primero el Atlético de Madrid
Según Aesleme, que lleva muchos años trabajando con el Atlético de Madrid ofreciendo estos cursos a las categorías inferiores, estas graves imprudencias pueden, además de poder causar daños personales, ocasionar daños a terceros. Por eso, vieron primero la posibilidad de ofrecer estos cursos de seguridad vial al primer equipo rojiblanco, y después al resto de equipos de Primera División, a los que ya ha enviado cartas con la propuesta. «Te diré la respuesta que tiene nuestra solicitud entre los clubes en dos semanas», puntualiza la directora de Aesleme, cuyo objetivo es erradicar «estas conductas tan peligrosas».
«Entiendo que los grandes clubs que están metidos en competiciones europeas y están viajando continuamente les resultará difícil sacar tiempo, pero yo sólo pido un par de horas. Espero que lo valoren positivamente y además creo que los futbolistas no están entrenando a todas horas», comenta Gollogos, quien explica que en ese tiempo a los jugadores se les hablaría de los factores de riesgo, de las medidas preventivas y de cómo se debe actuar en caso de accidente. «Una parte muy importante del curso son las consecuencias que acarrean un accidente por no llevar cinturón o casco, o la posibilidad de salir disparado del coche. Les hablamos de los problemas físicos, psicológicos, económicos o familiares que conlleva, y acudimos junto una persona que ha sufrido una lesión medular por accidente de tráfico y otra del 112. Todos estos testimonios llegan con mucha fuerza», dice.
«Eso no quiere decir que, más allá de los futbolistas, no haya casos de otros personajes públicos que no salen a la luz. No se puede generalizar, porque futbolistas hay muchos y no todos corren. Porque les hayan pillado a ellos no podemos pensar que ellos son los malos y nosotros los buenos. Hay mucha más gente anónima que comete imprudencias que futbolistas. No se trata de demonizar, sino de prestar atención porque son modelos para la sociedad», concluye.