El Gobierno tiene sobre la mesa varias alternativas para solucionar este problema. Una de ellas es la creación de una empresa pública, con las quitas correspondientes para los promotores de las infraestructuras y la banca acreedora y, en segundo lugar, también está la posibilidad de cambiar la Ley de Contratos del Estado para modificar el modelo concesional.
Las dos vías están abiertas, pero cualquier decisión que tomemos no tendrá impacto en el bolsillo de los españoles ni sobre el déficit público.
SE HUNDE EL TRÁFICO EN LAS AUTOPISTAS DE PEAJE
Sólo cuatro autopistas de peaje se salvan de las pérdidas (dos tramos de la AP-7, la AP51 y la AP 53), mientras que al menos diez de ellas se encuentran en situación próxima a la quiebra.
La red española de autopistas de peaje (AP) cerrará el año 2013 con una media de 16.000 usuarios al día, lo que supone un 3,6% menos que en el ejercicio anterior. Un volumen de tráfico propio de los niveles de la década de 1990. De hecho, con este ya son 7 los años en los que disminuye el tráfico en las autopistas de peaje. A pesar de ello, los precios del peaje han subido considerablemente en los últimos años, lo que ha favorecido el hundimiento en su utilización, con un descenso del 33% desde el año 2006.
Sin tener en cuenta el lúgubre panorama, el próximo 1 de enero de 2014 las tarifas volverán a subir, será un 1,85% adicional.