Y no se trata de una sensación pasajera, mientras el mercado de la moto en Europa ha descendido un 47% desde el año 2008, los mercados asiáticos encadenan subidas de dos dígitos año tras año hasta copar ya el 95% del volumen de ventas mundial.
China, India, Indonesia, Malasia, Filipinas, Taiwán, Tailandia, Vietnam o Brasil son algunos de los mercados más prometedores para los fabricantes de la ACEM. Sin embargo las empresas europeas se enfrentan a todo tipo de obstáculos en los mercados extranjeros, y piden que los gobiernos hagan cumplir las normas que impidan la competencia desleal y las copias sin licencia de los productos que fabrican las icónicas marcas del viejo continente.
También la UE debe esforzarse por eliminar los obstáculos internos existentes especialmente en términos de homologación, creando así las condiciones para que haya una igualdad de condiciones en los distintos países de la Unión.
La falta de homologación crea sobrecostes que están perjudicando a la industria en la actual situación de debilidad económica. Esta no homogeneidad obliga a disponer de una gran variedad de motorizaciones, estilos y categoría según el destino final del producto en Europa.
Promover un marco regulatorio a nivel mundial facilitaría la producción, la economía de escala y las exportación de las marcas europeas. De no lograrlo, las marcas pueden verse en breve en la tesitura de cerrar fábricas en Europa para abrirlas en países con mano de obra más barata.