Hace algunos meses explicábamos que los retrovisores de los automóviles tal y como los conocemos podrían tener fecha de caducidad, gracias a un informe presentado por la Comisión de Economía de Naciones Unidas en Europa que propiciaría una nueva ley que modifique la normativa de los retrovisores convencionales a partir del 2016.
Quizá pensando en la próxima revolución que iniciaría la nueva ley, el consorcio formado por el Instituto de Óptica, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); el Instituto Tecnológico de Óptica, Color e Imagen (AIDO); el Grupo Ficosa, Tedesys y GreenLight, han liderado el interesante proyecto Pleno3D, que forma parte del programa Innpacto, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Economía y Competitividad, y del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).
Según informa el CSIC, sustituir los actuales espejos laterales por una cámara (3D) situada en el exterior del vehículo serviría para proporcionar una imagen tridimensional del entorno, proporcionando información adicional de las distancias reales a las que se encuentran los objetos.
Las cámaras tienen una concepción muy especial, ya que a diferencia de otros sistemas ópticos 3D que parten de dos cámaras, esta consta de un solo objetivo con una lente compuesta (similar a los ojos de una mosca), que capta multitud de imágenes en distintos ángulos y posiciones. La suma de todas estas imágenes puede ser presentada en el interiro del coche de forma tridimensional sin necesidad de utilizar unas gafas especiales.
Además el sistema aporta información en tiempo real de la situación exacta de otros vehículos o peatones, calculando la distancia exacta a la que se encuentra cualquier objeto próximo al automóvil, lo que a su vez permite eliminar los temidos ángulos muertos y ayudar en las maniobras de aparcamiento.
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