Tras superar la crisis del 2008 y vivir en los últimos años una expansión brutal, Harley-Davidson parece haberse tomado un respiro. Al cierre del primer trimestre del presente ejercicio, el beneficio neto ha sido de 269.8 millones de dólares, lo que supone un tímido aumento del 1,4% respecto al mismo periodo del 2014.
El presidente Keith E. Wandell, aseguró que el negocio se mantiene fuerte a pesar de los “vientos en contra”, y destacó que se han enfocado en poner en marcha una estrategia centrada en el cliente. “Continuamos gestionando Harley-Davidson para colocarla, en el largo plazo, en una posición de gran fortaleza”.
Pero dejando a un lado las pretensiones a futuro, lo cierto es que las ventas de motocicletas se han estancado, y que esta tendencia se podría mantener durante bastante tiempo debido a la llegada de una fuerte competencia liderada por las marcas del grupo Polaris (Indian y Victroy) en Estados Unidos.
Otro de los vientos en contra que cita Harley-Davison son el desfavorable cambio euro-dólar, que socaba los márgenes de los vehículos vendidos fuera de los EE UU. Así, mientras la competencia ha entrado en una agresiva política de descuentos para sacar el exceso de inventario, Harley-Davidson se ha mantenido fiel a su política de precios elevados, lo que socaba aún más sus ventas.
La propia compañía ha revisado a la baja la previsión de ventas para el conjunto del 2015 para situarla en un arco entre las 276 y las 281 mil unidades, lo que supone una subida del 2 al 4% respecto a las cifras de ventas que se manejaban en 2014, y es significativamente inferior a la anterior previsión del 4 al 6%.
"A pesar de los contratiempos actuales, creemos que los fundamentos de la marca Harley-Davidson siguen siendo fuertes", dijo Wandell. "Nuestra marca es uno de los más emblemáticos en el mundo y nuestras motocicletas continúan generando gran interés."